“La enorme capacidad de la gente en Colombia es lo que ha impedido que la tragedia ocasionada por el conflicto armado alcance mayores dimensiones o se convierta en una sociedad fallida. Estas heridas, además de la necesidad de elaboración individual y familiar, necesitan curarse en el marco del reconocimiento social de este desastre y de la reconstrucción de las relaciones éticas entre las personas, hasta que ninguna causa esté por encima de la vida y de la dignidad de todo ser humano”

Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la convivencia y la No Repetición

Una vez lista la tierra, se seleccionan las semillas y las manos se disponen a sembrarlas en un proceso largo y de cuidado, de precisión y de paciencia. Luego viene la cosecha, o como la llaman en México, la pisca, aquel momento en el que germina lo sembrado, en el que se recoge lo tan anhelado.

La Universidad Pedagógica Nacional tiene la certeza de que hoy Colombia se encuentra en una pisca: una pisca de paz, lograda, entre otras cosas, gracias a la Educación: la generación de espacios, reflexiones y estrategias que forman maestros y maestras que se conciben desde la búsqueda constante de la verdad, así como desde pedagogías que rescatan y velan por la memoria de nuestro país.

Aunque hablar de Colombia siempre ha implicado hablar de un país que carga sobre sus hombros años y años de lucha, de un contexto que ha sido testigo de masacres, injusticias, dolores, también es hablar de un territorio que, cansado, ha buscado nuevas maneras para transformar, precisamente, esa realidad. Nuestra apuesta más grande es la de, a través de la educación, lograr un cambio real de esta sociedad, que se conciba desde la igualdad, la democracia, la verdadera justicia, la reparación, la verdad, el respeto a la vida, entre muchas cosas más.

Hoy, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2023, la Vicerrectoría de Gestión y su Grupo Interno de Trabajo Editorial extienden la invitación a que seamos todos parte de esta pisca, y veamos en ella una segunda oportunidad en la que predomina la tierra y la vida; una formación de nuevas generaciones conscientes de sus derechos y de las responsabilidades que tienen en este proceso; una recolección de vida, libertad y reconciliación con nuestro pasado.

Porque este cambio no está en manos de unos pocos; todas y cada una de las personas que hacen parte de este territorio tienen un papel fundamental en la siembra y la pisca de paz.